Escuchar es la clave de la comunicación. Hablar solo es útil si sabe a qué está respondiendo y usa las palabras como un canal compartido para transmitir emociones y resolver problemas.
La primera forma de ser un mejor oyente es dejar de hablar. Olvídate del monólogo en el que le dices a tu chica lo que tienes en mente y cómo fue tu día. Escuche lo que tiene que decir y utilícelo como base para un diálogo bidireccional.
Limpia tu mente de todas las cosas que quieres desahogarte, preocúpate por sus sentimientos y estado de ánimo, pon tu ego en tu bolsillo trasero por ahora y haz algunas preguntas.
La mayoría de la gente hace las preguntas habituales, como «¿Cómo estuvo tu día?» pero nunca escuchan las respuestas. Oblíguese a escuchar la respuesta haciendo siempre una pregunta de seguimiento. Si responde a los pequeños detalles, ella sabrá que sus palabras y sentimientos son importantes para usted.
Sintonice el tono de su voz, que puede decirle más que sus palabras. «Ohhhhhit estuvo bien, supongo», puede significar que algo se le metió bajo la piel hoy, pero sabe que no vale la pena intentar hacérselo saber.
Entonces, sácalo de ella. Sorpréndela con un poco de sensibilidad e intuición. «Algo te está molestando un poco. ¿Qué es?»
Para escuchar bien, tienes que convertirla en el centro de atención. Apaga las noticias, acércate, masajea su cuello y responde con breves palabras de apoyo y más preguntas que profundicen la línea de conversación.
Puede disfrutar de las recompensas de una mujer que se siente comprendida y apreciada tanto que empezará a escuchar mejor todo el tiempo.