Nunca puedes tener demasiada comunicación, pero definitivamente puedes hablar demasiado. Hablar deja de ser comunicación cuando la otra persona deja de escuchar o ya no le importa lo que estás diciendo.
Cuando se trata de asuntos emocionales y románticos, es genial decirle a tu dama cómo te sientes y cuánto quieres protegerla y cuidarla. Pero una presentación lógica en Power Point de sus intenciones y sentimientos nunca será lo que ganará o mantendrá su corazón.
Dicen que el 90 por ciento de la comunicación no es verbal. Si la abraza o la sostiene en sus brazos, comprenderá de inmediato su capacidad para consolarla y protegerla.
Bésala con frecuencia y tócale la mano, el hombro, el cabello y la cara como parte de tus comunicaciones habituales. Eso dice «te amo» tanto como las palabras, probablemente incluso más.
Haz pequeñas cosas para ayudarla. Frótele el cuello o los pies cuando llegue a casa después de un día difícil. Dale pequeños obsequios sin ningún motivo.
Y, sobre todo, nunca olvide la otra mitad de la comunicación: escuchar. Interésate de verdad en lo que ella necesita decirte sobre su día, sus pensamientos, sus deseos y sus ideas. Luego demuestre su amor haciéndolo importante en las decisiones que tomen juntos para las cosas grandes y pequeñas de su vida.
Tus acciones, tu atención, tu consideración y tu toque pueden decirle mucho más que cualquier palabra.