Un estudio encuentra que los humanos se convirtieron en monógamos para proteger a sus hijos

Una nueva investigación sugiere que la monogamia en humanos evolucionó como un medio para proteger a la descendencia de ser asesinada por machos rivales.

Para el estudio, un equipo del University College London, así como de las universidades de Manchester, Oxford y Auckland, recopiló datos de 230 especies de primates, observando en gran medida sus hábitos de apareamiento.

Esta protección significaba que la descendencia, o los niños, tenían más probabilidades de experimentar un mayor desarrollo cerebral, evitando lesiones o la muerte bajo la atenta mirada de un padre.

Los machos rivales en comunidades no monógamas buscarán la descendencia de una hembra y, a menudo, intentarán matarla como un medio para alentar a la hembra a aparearse.

Las sociedades monógamas tienden a producir descendientes más sanos en la naturaleza, lo que permite una descendencia más inteligente y bien alimentada. Este rasgo en los humanos evolucionó por primera vez a partir de los monos, según los hallazgos.

«Las sociedades monógamas tienden a producir

descendientes más sanos en la naturaleza «.

Los autores creen que esto es una prueba concluyente de que la principal razón de la monogamia en los seres humanos es también la protección de sus hijos.

Para el estudio, los investigadores esencialmente crearon un árbol genealógico expansivo para determinar qué rasgos evolucionados surgieron primero en los primates.

Descubrieron que los machos que mataban a la descendencia en niveles altos probablemente llevaron a grandes grupos de primates a pasar del apareamiento múltiple a la monogamia.

Más tarde, también evolucionó el rasgo de que cada padre comparta los deberes de cuidado de una descendencia, en lugar de dejar la crianza enteramente en manos de la hembra.

«Esta es la primera vez que las teorías sobre la evolución de la monogamia se han probado sistemáticamente, demostrando de manera concluyente que el infanticidio es el motor de la monogamia», dijo el autor principal, el Dr. Kit Opie.

El estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.