A primera vista, la economía enferma y su vida sexual personal pueden tener poco que ver entre sí. Pero la investigación muestra que el dinero y el amor son, de hecho, compañeros de cama familiares.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kansas revela que cuando los tiempos son difíciles, los hombres buscan más parejas sexuales. Nuestra actual recesión económica hace que algunos hombres se demoren en tener más sexo y los investigadores sugieren que esto se remonta a nuestros días de cazadores-recolectores, cuando un entorno hostil llevó a los hombres a dejar caer muchas semillas antes de morir.
Las tasas de desempleo actuales y un nivel de vida más bajo pueden no significar la muerte, pero algunos hombres pueden considerarlo como una amenaza para la vida. Instintivamente, dicen los investigadores, recurren a estrategias de apareamiento a corto plazo.
No es que quieran tener mucho sexo antes de irse, al menos eso no es lo que han descubierto los investigadores, sino más bien asegurarse de que sus genes se transmitirán. Esto significa que los hombres están más dispuestos a tener relaciones sexuales que no sean monógamas ni a largo plazo.
Cuando la economía es estable, los investigadores encuentran que esta seguridad permite a las personas concentrarse más en mantener su relación con su pareja e invertir en sus hijos en lugar de preocuparse por el dinero y el futuro. Esta es una característica de una estrategia de apareamiento a largo plazo.
Es mucho más difícil mantener a una familia cuando no estás seguro de tu trabajo y de hacer el pago de tu automóvil, por lo que la teoría es que los hombres optan por un estilo de vida promiscuo al difundir sus genes en lugar de invertir en ellos.
Desde que golpeó la recesión, Estados Unidos ha experimentado una disminución en las tasas de fertilidad. Fue el primer descenso de las tasas de fecundidad desde la década de 1960.
Aunque no es más difícil quedar embarazada cuando las personas están en quiebra, las parejas tienden a esperar con la esperanza de que su panorama económico se vea mejor. Y, en una economía difícil, las mujeres solteras tienden a elegir maletines en lugar de bebés como una forma de crear seguridad financiera, mientras juegan a la ruleta rusa con su ventana de fertilidad.
El apogeo de la fertilidad femenina es a los 20 años. Un declive comienza a los 30 años y un gran salto llega a los 35 años. Hoy en día, una de cada cinco mujeres de 40 años no tiene hijos, y esa estadística ha aumentado en un 80 por ciento en la última década.
Mi predicción: pronto veremos un cambio en nuestra economía y, con suerte, los hombres disminuirán el hábito de tener relaciones sexuales solo para esparcir su semilla y será menos probable que las mujeres pospongan la paternidad. Las familias son buenas para una economía próspera.